¿Cuál es el Pueblo o Iglesia Remanente de los Últimos Días?

¿CÓMO SABER CUÁL IGLESIA ES LA REMANENTE DE LOS ÚLTIMOS DÍAS? INTRODUCCIÓN - "PLAN DE REDENCIÓN" Esta mujer o iglesia remanente, recordando que "mujer" es un símbolo en la Biblia de "iglesia" (Ef 5:22-24; 2 Cor 11:2; Jer 2:23; Is 54:5,6; Os 2:19,20; Juan 3:29), es la remanente de la mujer pura de Apoc 12. La mujer como símbolo del pueblo de Dios, aparece ya desde los primeros capítulos del Génesis. Ya en Gén 3:14,15, "Jesús declara a la serpiente que pondrá enemistad entre la "descendencia de la serpiente" (que es la descendencia de Caín, llamados de "hijos de los hombres o hijos del diablo") y la "descendencia o simiente de la mujer" (que es la descendencia de Set - quien sustituyó a Abel - llamados de "hijos de Dios"); enemistad que a lo largo de toda la era cristiana se resume en Apocalipsis 12.

Caín era el primero en ponerse en la "descendencia espiritual y simbólica de la serpiente, de la falsa adoración", y Abel era el primero en colocarse en la "descendencia espiritual y simbólica de la mujer, de la verdadera adoración". De la simiente (descendencia) de la mujer nacería el Mesías, quien Eva esperaba que fuese uno de sus hijos, el cual, siendo humano como nosotros, sería victorioso mediante una vida entera sin mácula en obediencia al Padre y que, en su muerte en sacrificio voluntario y expiatorio como Cordero sin mácula, oficiando como Sacerdote y víctima como Sustituto de todo aquel que cree en Él y lo acepte como su Salvador personal y Señor de su vida, le heriría de tal modo a la serpiente (satanás) ese acto que Jesús en el Edén lo ilustró como el comienzo de "aplastar la cabeza de la serpiente" (Gén 3:15), lo que ocurrió en el Calvario que fue el cumplimiento de la 1ª fiesta israelita de la Pascua cf. Lev 23:5, cabeza la cual terminará de aplastar Jesús al término de Su obra de Expiación como nuestro Sumo Sacerdote que se encuentra realizando en el Santísimo del Santuario Celestial desde 1844 [inicio de la Iglesia de 'Laodicea' ('juicio')], conforme lo hacía Aarón al finalizar la Expiación del Santuario terrestre en Lev 16:21, en donde Jesús usará los pecados remitidos al Santuario (celestial) de los redimidos del juicio investigativo (pre-advento) para terminar de aplastar la cabeza de la serpiente al término de Su ministerio de Expiación: "poniéndolos así todos sus pecados sobre la cabeza del macho cabrío (satanás), y lo enviará al desierto" (Lev.16:21). El "desierto" es la "Tierra desordenada y vacía" o "abismo" que se describe en Ap 20:2,3, como quedará la Tierra en la 2ª Venida de Jesús, tal como estaba la Tierra en Gén 1:2, donde "quedará preso satanás durante 1000 años" (Ap 20:2-3) luego de venir Jesús a recoger la "mies ya madura" (los 144.000 de Apoc 14:1-5,15).                                                                                                                                                                                                                    A la venida de Cristo los impíos serán borrados de la superficie de la tierra, consumidos por el soplo de su boca y destruidos por el resplandor de su gloria. Cristo lleva a su pueblo a la ciudad de Dios (en el cielo), y la tierra queda privada de sus habitantes. “He aquí que Jehová vaciará la tierra, y la dejará desierta, y cual vaso, la volverá boca abajo, y dispersará sus habitantes”. “La tierra será enteramente vaciada y completamente saqueada; porque Jehová ha hablado esta palabra”. “Porque traspasaron la ley, cambiaron el estatuto (imponiendo por ley nacional en U.S.A. la "marca de la bestia" = el domingo papal, que regirá en todo el mundo), y quebrantaron el pacto eterno (el Evangelio Eterno de Ap 14:6,7). Por tanto la maldición ha devorado la tierra, y los que habitan en ella son culpables: por tanto son abrasados los habitantes de la tierra”. Isaías 24:1, 3, 5, 6 (VM). {CS 639.1}                                                                                                                                               Al fin de los mil años, Cristo regresa otra vez a la tierra. Le acompaña la hueste de los redimidos, y le sigue una comitiva de ángeles. Al descender en majestad aterradora, manda a los muertos impíos que resuciten para recibir su condenación (Juan 5:28,29). Se levanta su gran ejército, innumerable como la arena del mar. ¡Qué contraste entre ellos y los que resucitaron en la primera resurrección! Los justos estaban revestidos de juventud y belleza inmortales. Los impíos llevan las huellas de la enfermedad y de la muerte. {CS 643.1}                     "Y el diablo que los engañaba, fué lanzado en el lago de fuego y azufre, donde está la bestia y el falso profeta" (Ap 20:10); "Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado sobre él, Y vi los muertos que estaban delante de Dios; y los libros fueron abiertos: y otro libro fué abierto, el cual es de la vida: y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras". Apocalipsis 20:11,12 (Juicio Ejecutivo). "Y el mar dió los muertos que estaban en él; y la muerte y el 'hades' ('sepulcro') dieron los muertos que estaban en ellos; y fué hecho juicio de cada uno según sus obras. Y el hades y la muerte fueron lanzados en el lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no fué hallado escrito en el libro de la vida, fué lanzado en el lago de fuego". Apocalipsis 20:13-15
"Y vi un cielo nuevo, y una tierra nueva: porque el primer cielo y la primera tierra se fueron, y el mar ya no es. El fuego que consume a los impíos purifica la tierra. Desaparece todo rastro de la maldición. Ningún infierno que arda eternamente recordará a los redimidos las terribles consecuencias del pecado. {CS 653.3}. Y yo Juan vi la santa ciudad, Jerusalem nueva, que descendía del cielo {los redimidos dentro de la ciudad santa Jerusalén, transcurridos los 1000 años en el cielo [fiesta de las Cabañas (booths) o tiendas, Lev 23:39-43, pues no era la morada definitiva]}, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y el mismo Dios será su Dios con ellos. Y limpiará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y la muerte no será más; y no habrá más llanto, ni clamor, ni dolor: porque las primeras cosas son pasadas. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. Y díjome: Hecho es. Yo soy Alpha y Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré de la fuente del agua de vida gratuitamente. El que venciere, poseerá todas las cosas; y yo seré su Dios, y él será mi hijo". Apocalipsis 21:1-7
La obra de destrucción de Satanás ha terminado para siempre. Durante seis mil años obró a su gusto, llenando la tierra de dolor y causando penas por todo el universo. Toda la creación gimió y sufrió en angustia. {CS 653.1}.                                                                                                                             Solo queda un recuerdo: nuestro Redentor llevará siempre las señales de su crucifixión. En su cabeza herida, en su costado, en sus manos y en sus pies se ven las únicas huellas de la obra cruel efectuada por el pecado. El profeta, al contemplar a Cristo en su gloria, dice: “Su resplandor es como el fuego, y salen de su mano rayos de luz; y allí mismo está el escondedero de su poder”. Habacuc 3:4 (VM)....“Poderoso para salvar” por el sacrificio de la redención, fue por consiguiente fuerte para ejecutar la justicia para con aquellos que despreciaron la misericordia de Dios. Y las marcas de su humillación son su mayor honor; a través de las edades eternas, las llagas del calvario proclamarán su alabanza y declararán su poder.. La tierra dada al principio al hombre para que fuera su reino, entregada alevosamente por él a manos de Satanás, y conservada durante tanto tiempo por el poderoso enemigo, ha sido recuperada mediante el gran "Plan de la Redención". Todo lo que se había perdido por el pecado, ha sido restaurado. “Así dice Jehová, [...] el que formó la tierra y la hizo, el cual la estableció; no en vano la creó, sino que para ser habitada la formó”. Isaías 45:18 (VM). El propósito primitivo que tenía Dios al crear la tierra se cumple al convertirse esta en la morada eterna de los redimidos. “Los justos heredarán la tierra, y vivirán para siempre sobre ella”. Salmos 37:29. {CS 653.4} 
Toda la Biblia está construida sobre el nº 7, el nº de la perfección: Dios creó la semana de 7 días, de estos 7 días, "bendijo Dios al día séptimo, y santificólo, porque en él 'descansó' ('disfrutó') de toda su obra que había Dios criado y hecho" (Gén 2:3) separándolo para uso santo el 7º día o "sábado"; 7 fiestas (Lev 23), destrucción de Jericó circundando la ciudad 7 veces; en Apocalipsis hay 7 iglesias, 7 trompetas, 7 sellos, 7 plagas, etc y también Dios construyó bajo el nº 7 Su Plan de Redención iniciado cuando entró el pecado en la Tierra: "Fueron necesarios 6 mil años de la Tierra bajo el dominio de Satanás y mil años de descanso de la Tierra con los redimidos en el cielo para Jesús poder dar término al Plan de Redención", cumplidas las 7 fiestas de Lev 23, siendo que estamos ahora en la 6ª fiesta de Expiación, la cual terminará cuando Jesús nuestro "Sumo sacerdote termine Su obra de expiación / purificación del Santuario (Celestial), recoja todos los pecados de los redimidos que fueron confesados y transferidos al Santuario en el Cielo; venga al atrio (la Tierra), coloque los pecados sobre la cabeza del macho cabrío (Satanás)" (Levít 16:21) y terminar así de aplastar la cabeza de la serpiente, como anunciado por Jesús en Gén 3:15. Jesús usará para matar a la serpiente lo mismo que causó Su muerte en la cruz: "pecados".
 "Y he aquí, vengo presto. Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro". Apocalipsis 22:7.- Bienaventurados los que guardan sus mandamientos, para que su potencia sea en el árbol de la vida, y que entren por las puertas en la ciudad". Apocalipsis 22:14 "Porque como los cielos nuevos y la nueva tierra, que yo hago, permanecen delante de mí, dice Jehová, así permanecerá vuestra simiente y vuestro nombre. Y será que de mes en mes, y de sábado en sábado, vendrá toda carne á adorar delante de mí, dijo Jehová". Isaías 66:22,23

"LA MUJER Y EL DRAGÓN" - APOCALIPSIS 12 El capítulo 12 de Apocalipsis nos muestra el gran conflicto entre el bien y el mal resumido en toda la era cristiana. Nos presenta la lucha desesperada del dragón y sus poderes terrenales contra el Pueblo de Dios. Este capítulo de Apoc 12 presenta a la mujer pura vestida de luz, sinónimo de la santidad, justicia y verdad; es decir la Iglesia verdadera unida por fe a Dios mediante el evangelio puro, en contraste con la descripción de Apocalipsis 17:1-6 que muestra la mujer ramera vestida con riquezas superficiales; es decir, la Iglesia apóstata que ha ido atrás de otros maridos (paganismo, doctrinas espurias, mundanismo - los reyes de la Tierra, Ap 17:2-4) unida a la política terrenal. Esta historia del conflicto entre estas dos descendencias, de la mujer y la serpiente a lo largo de la era cristiana, se detalla en este blog: "La mujer y el dragón" (Tema 41) y, que al final de los tiempos, Apoc 12:17 resalta a un residuo o remanente, el resto de la descendencia de la mujer, que serán los que serán salvos y permanecerán firmes ante la presencia de Jesús en Su próxima venida.
El libro de Apocalipsis, que usaremos la versión Reina Valera (o Bib de Jerusalén recomendamos), nos dice cuáles son las características de la iglesia (comunidad o pueblo) remanente en los últimos días, que son "el resto", o sea, las personas de la generación final que opten por salir de Babilonia (Ap 18:4) (el Ecumenismo) y que mediante el esfuerzo humano cooperando con el poder divino llegan a reunir las características por las cuales habrán recuperado la imagen de su Creador que tenían Adán y Eva al ser creados, que los tornará victoriosos sobre el pecado, lo que posibilitará que reciban el sello de Dios vivo (Ap 7:1-4; 14:1-5) para que sean librados de las 7 plagas de Apoc 16 y trasladados al cielo, en la Venida de Jesús, sin pasar por la muerte. Esta es la obra final de Expiación que está actualmente realizando Jesús, nuestro Sumo Sacerdote intercesor, en el Templo o Santuario (Ap 11:19) y que está deteniendo que Él regrese a la Tierra a recoger a Su pueblo, pues "la mies a ser segada debe de estar madura" (Ap 14:15), debemos reflejar el carácter de Cristo para ser recogidos.
"Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el REMANENTE (los otros) de la descendencia de ella (de la mujer), los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo". (Apocalipsis 12:17).
En todo el capítulo 12 de Apocalipsis, como se vió aquí, se describe la enemistad colocada por Jesús en su pronunciamiento hecho a la serpiente en presencia de Eva y Adán después del pecado (Gén 3:14,15): "descendencia de la serpiente" X "descendencia de la mujer", (descendencia = simiente), siendo en el tiempo del fín el conflicto final focado entre: "el dragón y su simiente" X "remanente de la descendencia de la mujer".
LA IGLESIA REMANENTE GUARDA LOS MANDAMIENTOS DE DIOS: "Aquí está la perseverancia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen la fe de Jesús".(Apocalipsis 14:12).
4 El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; 5 pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. 6 El que dice que permanece en Él, debe andar como Él anduvo. (1 Juan 2:4-6).
"No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos".(Mateo 7:21). "Porque cualquiera que hubiere guardado toda la ley, y ofendiere en un punto, es hecho culpado de todos"; (Santiago 2:10).
Guardar los mandamientos incluyendo el verdadero día de reposo (sábado), como señal de su dependencia y unión con el Señor, su Creador y Redentor; como señal de la verdadera conversión y santificación: Juan 14:15; Lucas 4:16; Ezequiel 20:12, 20; Hebreos 4:9 y 10; Apocalipsis 1:10.

LA IGLESIA REMANENTE POSEE el TESTIMONIO de JESUCRISTO (don de profecía) Y LOS SELLADOS REFLEJARÁN el CARÁCTER de CRISTO: La estrecha relación entre el "testimonio de Jesús" y "la profecía" se demuestra, además, al hacer una comparación entre los versículos de Apocalipsis 19:10 y 22:9 cuando Juan se postró a los pies del ángel (Gabriel) y el ángel lo reprende diciendo: "adora a Dios!", solamente a Dios debemos "adorar" ("someternos / obedecer en Su Palabra"). En el Ap.19: 10 el ángel (Gabriel) se identifica como un "siervo contigo, y con tus hermanos que tienen el testimonio de Jesús", y en el Ap. 22: 9 el mismo ángel se identifica como "siervo contigo, y con tus hermanos los profetas". Según la razonable conclusión que estas dos expresiones del ángel son paralelas, entonces los que tienen el "testimonio de Jesús" pueden ser identificados con "los profetas". Además, la iglesia de Dios es como vimos "el remanente de la *descendencia de la mujer* (*pueblo de Dios a quien Dios puso enemistad contra la descendencia de la serpiente*, desde Génesis 3:14,15), los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo"; (Apocalipsis 12:17). Este "remanente" es "el resto", "el residuo", "lo que sobró" de las iglesias protestantes luego que estas se unieron con el Estado para formar la "imagen de la bestia" formando parte de Babilonia junto con la Ramera madre (Ecumenismo); toda unión "Iglesia y Estado" es una "imagen de la bestia apocalíptica" y sabemos que esta unión comenzará con U.S.A. y todas las naciones la imitarán formando una "imagen de la bestia (papado) que recibiera la *herida de espada* (*infringida por Napoleón en 1798 cuando lleva en cautividad al Papa Pío VI, quien muere en el exilio, y retira el poder político del Vaticano y lo declara muerto*, cf. Ap 13:10), y vivió"; (Apoc 13:14).

Por tanto, como el "testimonio de Jesús es el Espíritu de Profecía" (Apoc 19:10), concluimos que la iglesia "remanente" de Dios de los últimos días de Apoc 12:17, "que guarda los mandamientos de Dios y tiene el testimonio de Jesucristo" (Ap 12:17), es la que tiene un profeta en su seno (Espíritu de Profecía) y guarda los mandamientos de Dios por causa de la "fe en Jesús" (Apoc 14:12) que ella tiene, tamaña fe que alcanza a ser comparada con la "fe de Jesús" (Ap 14:12) y Su carácter el cual deberá reflejarse en ellos, la última generación, el grupo de los 144.000 que serán trasladados (al cielo) sin pasar por la muerte, "que tiene el 'nombre' ('carácter') de su Padre escrito en sus frentes". Apocalipse 14:1. "Los que reciben el sello de Dios vivo (Ap.7:1-4; 14:1-5) y sean protegidos en el tiempo de angustia deben reflejar plenamente la imágen de Jesús"; (Maranata, p. 252). "Dios ha predestinado a cada uno a ser conforme a la 'imagen de su Hijo'. En cada uno, el longánimo amor de Cristo, su santidad, mansedumbre, misericordia y verdad, han de manifestarse al mundo"; (Deseado de Todas las gentes, p.767). "Cuando el carácter de Cristo sea perfectamente reproducido en su pueblo, entonces vendrá Él para reclamarlos como suyos"; (Eventos Últimos Días, p. 39.

LA IGLESIA REMANENTE DE LOS ÚLTIMOS DÍAS TENDRÍA EL DON DE PROFECÍA EN SU MEDIO. "He aquí, yo os envío á Elías el profeta, antes que venga el día de Jehová grande y terrible". Malaquias 4:5 "De tal manera que nada os falte en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo": 1 Corintios 1:7 (RV09).

El don de profecía es uno de los dones impartidos por el Espíritu Santo a la iglesia. San Pablo, al referirse a la iglesia que esperaría la segunda venida de Jesús, dijo que "no os falta ningún don". (1 Corintios 1: 7).

10 A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas. 11 Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere. (1Cor.12:10-11).

"Entonces el dragón fué airado contra la mujer; y se fué á hacer guerra contra el 'remanente' de la simiente de ella, los cuales guardan los mandamientos de Dios, y tienen el testimonio de Jesucristo". Ap 12:17 RV / King James. El ángel Gabriel le explica luego quien es ese grupo remanente que adora (obedece) a Dios (en vez de adorar - obedecer - a la bestia) y guarda Sus mandamientos, los de Dios (Éx 20:1-17), no los de la bestia (el Catecismo):

"yo soy consiervo contigo, y con tus hermanos que tienen el 'testimonio de Jesús': adora á Dios; porque el 'testimonio de Jesús' es el 'espíritu de la profecía'. Ap 19:10 RV.

Podemos creer entonces que Apocalipsis 12: 17 vislumbraba el surgimiento en el tiempo del fin de un grupo de cristianos que sobresaldría por "guardar los mandamientos de Dios por causa de su fe en (y de) Jesús" (Ap 14:12), y también por poseer (o tener) una renovación del espíritu de profecía por medio de una persona o de varias en las cuales el don de profecía volvería a aparecer como en la antigüedad.

"Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones".(Joel 2:28).

La iglesia remanente también posee el don de profecía, esto significa que Dios nos dice cuáles son esas características peculiares y distintivas del pueblo remanente del tiempo del fin.

Cristo no podría regresar a la Tierra sin encontrar Su esposa, la iglesia, la virginidad de la doctrina original. Jesús dijo a sus discípulos: "Elías ciertamente habrá de venir (antes de mi segunda venida), y restaurar todas las cosas" (Mateo 17:11).

Así como Elías había venido en la persona de Juan el Bautista, como precursor de la primera venida de Cristo, del mismo modo también había de venir en la persona de la iglesia de Dios de los últimos días, como precursor de la segunda venida del Salvador. Esta iglesia fue incumbida, por profecía, de realizar, "en el espíritu y virtud de Elías" (Lucas 1:17), una obra de restauración, o sea, una obra de reparación de brechas para preparar a un pueblo para la segunda venida de Jesús en gloria y poder para la cosecha final de los frutos de Su trabajo.